Escóndete entre los entresijos de mi ajuar,
repta por las diminutas amapolas que fueron
ahora en el olvido,
planéame en la ruta que señalas con el dedo,
no me olvides envuelta en toquillas de sueños,
veladas verdades,
despójame de este atardecer en los huesos.
domingo, 31 de agosto de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
..y digo yo, ichiara ¿qué tendrán los huesos? ¿por que los nombraremos a veces si ni siquiera los vemos?
a mí ayer me ha dado por pulirlos...ya ves tú...
y no debe estar muy alejada tu imagen de la mía..., porque has escrito atardecer y no amanecer.
besos.
Ni idea qué tienen, supongo que el soniquete. Yo no los veo, pero los oigo cuando me levanto por las mañanas. Y los siento a la hora de acostarme. Ya ves si no dan guerra los puñeteros.
Abrazos
Dónde demonios estaba yo que no te había leído con calma.
Tu poesía es magnífica, me encanta.
Te aplaudo y con tu permiso te incluyo en mi aquí.
Saludos.
Publicar un comentario