Soy la dama nacida de la luna
cruzada de mares y pieles al sol
esculpidas al abrigo de la muralla,
testigo de la sangre derramada.
Escupo mi voz hacia el horizonte
de tu rostro, inexpresión tardía
de ausencias y de huesos,
carne amarga en la gélida vejez.
Más allá de la palabra precisa
de la lengua aprendida y reventada
más allá del dolor sin refugio
y sin dolor, mucho más allá navego.
Sin naves, sin alas, sin billete
ni permiso. Cruzo el duro asfalto
y me adentro en otros ojos, otro
rostro que no precisa palabras.
A este amante incompleto
entrego las llaves y las uñas
y afilo el acero de tu mirada
con el jugo de su vientre.
domingo, 15 de noviembre de 2009
miércoles, 30 de septiembre de 2009
LOS 300 RAP
Aburrío, deprimío
enloquecío andaba el tío
con la chorba allí delante
máquina parlante
y el futuro ¿dónde está?
Esparta quedó atrás
que los héroes ya no cuelan
lo que priva es la pela
los trescientos agonizan
dentro de una camisa
con la marca por afuera
pa que se vea bien la tela.
Con el verso medio preso
para no sentirnos mal
y qué más da, tío,
no te cuento el final
porque verás que ha sido pa na
ya no se lleva la rebelión social
y el incauto que lo niega
con sangre lo pagará
con su curre, con su abuela
y con la seguridad social.
Yo me juego contigo
lo que tú me quieras dar
un poquito de tu sangre
una rima pa encajar
en el verso medio preso
que empuja por saltar
y botar y enredar
por delante y por detrás
al capullo que se empeña
en jalarse a los demás.
enloquecío andaba el tío
con la chorba allí delante
máquina parlante
y el futuro ¿dónde está?
Esparta quedó atrás
que los héroes ya no cuelan
lo que priva es la pela
los trescientos agonizan
dentro de una camisa
con la marca por afuera
pa que se vea bien la tela.
Con el verso medio preso
para no sentirnos mal
y qué más da, tío,
no te cuento el final
porque verás que ha sido pa na
ya no se lleva la rebelión social
y el incauto que lo niega
con sangre lo pagará
con su curre, con su abuela
y con la seguridad social.
Yo me juego contigo
lo que tú me quieras dar
un poquito de tu sangre
una rima pa encajar
en el verso medio preso
que empuja por saltar
y botar y enredar
por delante y por detrás
al capullo que se empeña
en jalarse a los demás.
RETOQUE FOTOGRÁFICO IC
de
Rap con soda
viernes, 11 de septiembre de 2009
ROSAS AL SOL
¿Has oído qué zumbidos truenan
del otro lado del mar, en la ciudad más antigua?
La tierra está muerta donde no recordamos.
¿Estás tú ahí?
Pido y no hay oídos, no aquí.
Tampoco en el lugar donde clarean
las rosas al sol, en las tierras
disputadas por tantos dioses
¿Me oyes?
Invento fachadas robustas
con fragmentos de consuelo,
hambrientas plegarias atendidas
al abrigo de una primera voz
que me heló la sangre
y me crucificó
y me abrasó.
miércoles, 2 de septiembre de 2009
FRENTE A MI BOCA
Frente a mi boca tu boca
de lenguas y sombras
y dientes
y lenguas
como manos temerarias
como clavos hambrientos.
Frente a tu boca el agua derramada
de mi garganta barroca
esculpida en carnaval de goces
de vientos
y enseñas
aleteada sin preámbulos
ni esperas.
Frente a mi boca el aullido
que invoca sobre la tierra
el sonido del silencio
y ruega -las manos juntas si es preciso-
que mis dedos se tornen caracolas
de fuego, y que mi cuerpo
expuesto y sin abrigo
levante tornados de letras.
de lenguas y sombras
y dientes
y lenguas
como manos temerarias
como clavos hambrientos.
Frente a tu boca el agua derramada
de mi garganta barroca
esculpida en carnaval de goces
de vientos
y enseñas
aleteada sin preámbulos
ni esperas.
Frente a mi boca el aullido
que invoca sobre la tierra
el sonido del silencio
y ruega -las manos juntas si es preciso-
que mis dedos se tornen caracolas
de fuego, y que mi cuerpo
expuesto y sin abrigo
levante tornados de letras.
ILUSTRACIÓN JUAN IBÁÑEZ
viernes, 21 de agosto de 2009
Y LOS MUERTOS
Y los muertos regresaron
para tender harapos sin misterios
(lavada la congoja por tanto desatino)
para arrancar a jirones la denuncia
por el abandono y la herencia prematura
que entretiene a la soledad.
Regresaron los muertos lanzando sus ojos
y ojeamos por un instante,
por un solo instante, la tierra quebrada
de jugos, los rostros audaces de los reyes,
la piel marchita del lagarto envuelta
en un papel de seda escarlata, con lazo.
para tender harapos sin misterios
(lavada la congoja por tanto desatino)
para arrancar a jirones la denuncia
por el abandono y la herencia prematura
que entretiene a la soledad.
Regresaron los muertos lanzando sus ojos
y ojeamos por un instante,
por un solo instante, la tierra quebrada
de jugos, los rostros audaces de los reyes,
la piel marchita del lagarto envuelta
en un papel de seda escarlata, con lazo.
lunes, 13 de julio de 2009
ELLOS
Él, que pasa de largo
y de las fechas
y mira
siempre adelante
adelante
adelanta
mis horas muertas
los minutos perdidos
segundos en naufragio
sin mares ni viernes
que acompañar.
Él, que se pasea
vestido de largo
augurando fechas
para la celebración
y piensa
detengo el tiempo
de la cosecha
y las muchachas
cantan el ángelus
para congelar
las horas
los minutos
los segundos.
Ellos, que marcan
el ritmo
de nuestros frutos.
Para ti.
y de las fechas
y mira
siempre adelante
adelante
adelanta
mis horas muertas
los minutos perdidos
segundos en naufragio
sin mares ni viernes
que acompañar.
Él, que se pasea
vestido de largo
augurando fechas
para la celebración
y piensa
detengo el tiempo
de la cosecha
y las muchachas
cantan el ángelus
para congelar
las horas
los minutos
los segundos.
Ellos, que marcan
el ritmo
de nuestros frutos.
Para ti.
de
A ratos
martes, 23 de junio de 2009
LITTLE BOY
Volverás a Hiroshima con los pies gastados de lodo
-el zapatito olvidado entre los escombros-
y las sábanas que dejaste en medio del camino
para no ocultar más tu cuerpo, para dormir a cielo raso
encarando la negrura de la noche y el chirrido agudo
de las ratas que salen de madrugada, obedientes
y obcecadas con el mandil a punto, la mano ligera,
la orden acicalada en el conducto auditivo
-susurro de gato, valor entreverado y perdón-.
Volverás a Hiroshima con el sudor a cuestas
y las manchas rutilantes de tu piel menguarán a deshoras
era el tiempo del cacique, dirán, aunque nada sabes de eso
sólo de la mentira que como estigma se prendió en tu carne
y tiño las hojas de negro y no encuentras tinta blanca
para descubrir de nuevo los sueños -¿qué sueños?-
deambulando por calles verde oliva y lluvia negra
y el silencio a gritos reptando por las esquinas,
encajando en tu memoria el monstruo que te nombra.
FOTOMONTAJE DE JUAN IBÁÑEZ
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