lunes, 13 de julio de 2009

ELLOS

Él, que pasa de largo
y de las fechas
y mira
siempre adelante
adelante
adelanta
mis horas muertas
los minutos perdidos
segundos en naufragio
sin mares ni viernes
que acompañar.

Él, que se pasea
vestido de largo
augurando fechas
para la celebración
y piensa
detengo el tiempo
de la cosecha
y las muchachas
cantan el ángelus
para congelar
las horas
los minutos
los segundos.

Ellos, que marcan
el ritmo
de nuestros frutos.



Para ti.

12 comentarios:

senses and nonsenses dijo...

Ellos, que marcan
el ritmo
de nuestros frutos.

...menos mal que hay muchos, para insistir e insistir. e insistir...

escribes muy bonito.

un abrazo.

Lena yau dijo...

Dar un golpe en la mesa.

Apropiarnos del cronómetro.

Obligarlos a la danza.

Divino leerte, Niña del Bosch!

Un besito!

Isabel chiara dijo...

Desde luego Senses, menos mal que están ahí dándole caña al mono, jajaja

Muchas gracias, lo mismo digo, se ve que recogemos la cosecha en lugar de pisotearla.

Un abrazo


Hola Lena, apropiarnos del tiempo y encajar los ritmos al cuerpo, a nuestro cuerpo y no tener la espada ahí arriba del cuello, tambaleándose.

Gracias Lena (me encanta eso de la niña del Bosch. Un secreto, siempre quise ser la niña del exorcista pero mi madre no me dejaba. Ahora soy la niña del Bosch y seguro que le doy caña a la otra)

Un besito

mjromero dijo...

jaja... mira que querer ser la niña del Exorcista, con ese vómito asqueroso, no, estoy con Lena, mejor la niña del Bosch,
me ha encantado el poema
me encanta el cuadro de El Ángelus de Millet, esos tonos y los campesinos agachados,
me lo has recordado.
Un beso.

Isabel chiara dijo...

Ahí estaba Millet y sus campesinos congelando el tiempo, deteniéndolo a él para nosotros, marcando el ritmo de nuestros frutos.

Esos vómitos de Regan los imaginaba yo encima de alguien, era muy mala de niña, jejeje. Pero ahora me parece un angelito celeste.

Un besote

Jota dijo...

Deseemos que no pierdan, pues, el compás.

Isabel chiara dijo...

Esperemos, Jota, esperemos, que es muy aburrida la quietud, y el compás si es de buena música siempre alimenta.

Un abrazo

Vill Gates dijo...

Eso de detener el tiempo es algo que pocas personas pueden hacer y creo que tiene que ver con la paz personal que irradias.
Qué gran don sería ése...
Saludos.

Isabel chiara dijo...

Y tanto, Vill, sería grandioso, como el de la ubicuidad, mi preferido. Pero ahí está, en el sueño.

Un abrazo

Guido Finzi dijo...

Qué puñetero es depender de la tiranía de otros ¡. A mí, si me dieran el poder de manipular el tiempo, no sabría por dónde empezar.

Saludo.

Raquel Barbieri dijo...

Este bello poema me ha hecho pensar en tantos momentos que parecen detener el tiempo, aunque sea un instante fundamental... a mí me agota la gente que vive apurada, quizás esté perdiéndome de algo fundamental, pero prefiero ir a paso más lento, aunque el tiempo se vaya (que irse, se irá de todos modos).
Ya divagué bastante,

Mil besos, Isabella

Isabel chiara dijo...

Guido, tienes razón, pero si a mí me lo dieran yo sí sabría hacer, lo que no está ya tan claro es si haría para gusto de todos, jajaja.

Un abrazo y disculpa la tardanza, estoy atascada en el tiempo, iré a verte.


Raquel, a mí también me agota, sobre todo los que se mueven mucho y no hacen nada, los culebrillas, voceadores de su frenética actividad. Prefiero ir piano y me fío más de los que no llevan la histeria a gala.

Un besote