Igual que ayer y que mañana
El hombre curioso
Despliega el periódico
Y señala con los dedos
Las prometedoras letras.
Ninguna novedad.
Tampoco el parque abrió a su hora.
Como todos los días
Las hojas revolotean
Sin manos que sortear
Los bancos se estremecen
Livianos, huérfanos
de carne y de huellas.
Ninguna novedad.
El hombre curioso
Como todos los días
Liviano, huérfano
Vuelve su rostro hacia la pared
Y mantiene fijo los ojos
Lejos del bullicio de la cola.
OLEO Y PAPEL JUAN IBÁÑEZ
4 comentarios:
No sé cuántas veces he leído el poema,
siempre sucede lo mismo, pero él está claro que espera algo distinto,
y la cola...la única que veo estos días es la del Inem en todos los telediarios.
Un abrazo.
La misma que el hombre curioso no quiere mirar, y la misma que yo me encuentro a diario camino del trabajo y miro.
Un beso
Coincido con Alfaro y contigo, y siempre me pregunto qué esperamos encontrar, si al fin y al cabo sucede lo que menos esperamos y lo que ansiamos, rara vez sucede (aunque los manuales de autoayuda digan lo contrario).
Hermoso y rítmico
un beso
Pues es algo así Raquel, se busca y se busca sin mucha novedad, y a veces llega algo. Los manuales suelen ser consuelo de tontos, en mi opinión, la autoayuda nos la buscamos nosotros solitos, con las letras y con las palabras que salen de adentro.
Gracias, un besote duplicado.
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