Juego a enredarme en los varales
de mi cama. Limpio el vahído
de bocas olvidadas y pulo el metal
con la seda y el encaje de mis enaguas.
Prefiero la noche negra de ausencias y jugos;
las manos sucias de aceites, hacia arriba,
descarnadas, reptiles en apareamiento.
Prefiero arcos y volutas, a la línea recta
que incide dura hacia el infinito profundo.
Prefiero el humo denso, juego indefinido
de viajes que salen de mi boca.
Olvido largos pasajes de obras no leídas
en cualquier larga noche de verano.
Olvido indiferente el paso del tiempo,
recostada sobre la serpiente enroscada.
de mi cama. Limpio el vahído
de bocas olvidadas y pulo el metal
con la seda y el encaje de mis enaguas.
Prefiero la noche negra de ausencias y jugos;
las manos sucias de aceites, hacia arriba,
descarnadas, reptiles en apareamiento.
Prefiero arcos y volutas, a la línea recta
que incide dura hacia el infinito profundo.
Prefiero el humo denso, juego indefinido
de viajes que salen de mi boca.
Olvido largos pasajes de obras no leídas
en cualquier larga noche de verano.
Olvido indiferente el paso del tiempo,
recostada sobre la serpiente enroscada.
FOTOMONTAJE JUAN IBÁÑEZ
4 comentarios:
Es bueno, y muy claro lo que lo hace parecer "sencillo" pero no es tan sencillo,
"olvido indiferente el paso del tiempo...", yo ya no lo miro con tanta indiferencia, sobre todo porque esa serpiente milenaria no nos ha dado ninguna respuesta.
Un abrazo.
Ninguna, pero a ratos, en esos momentos de embriaguez, uno se despoja del corsé, tira la piel al suelo y se revuelva encima de ella sin ataduras innecesarias, sin complejos, sin culpa. El ritmo no lo imponen los segundos, sólo los latidos.
Recordaba un viejo documental sobre el sexo en la mujer de la tercera edad, americano o inglés (no consigo encontrarlo gogleando), magnífico, donde me impactó sobre todo la historia de una escritora lesbiana que decía que era a través del sexo pasado los sesenta con lo que había conseguido ser libre, librarse de la culpa, del dolor, de la maldición.
UN besote
Me fascina la facilidad que tienes para usar la materia dentro de la poesía: humo, metal, bocas, jugos, aceites. El poema es táctil y gustativo, además de visual.
El paso del tiempo parece tenernos ocupadas con escritos...
Besos, Isabella
El paso del tiempo es atroz, Raquel, y nunca lo entendía cuando mi madre me decía aprovecha el momento que luego te pesará, pasan los años como moscas al vuelo. Pero es de las pocas verdades absolutas.
Un besote
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